09 abril 2011

Filantropía empresarial: ayuda o publicidad.

"La filantropía de las empresas es un intento de crear una imagen corporativa que refleje valores compartidos con los consumidores"
Esta frase nos hace preguntarnos ¿a quién beneficia la caridad?
Las ayudas que dan las grandes empresas, en un principio sin ánimo de lucro, sirven para mejorar las condiciones de vida de muchas personas. Pero,a  cambio de esto, las multinacionales consiguen imagen y publicidad positiva para su negocio sin que se note en la sociedad, ya que parece un acto de fe, más que un acto para "sacar tajada".
Todas las actividades que realizan enstas empresas son bien estudiadas antes de llevarlas a cabo. Tanto el qué hacer, el cómo hacero y el impacto que tendrá en la sociedad, en nosotros, y el beneficio que traerá la misma.
Esto no es lo que pretenden la caridad y las ayudas sin ánimo de lucro, que es mejorar en ámbitos diversos la vida y la calidadd de personas, que por innumerables causas, no pueden obtener recursos necesarios. Se hace sin que se tenga en cuenta lo que va a significar para otros, es decir, sin importar la buena consideración que vayan a tener los demás después de esto, y por supuesto, sin buscar un beneficio propio que vaya más allá de la moral.
Así muchas empresas aportan dinero a sociedades, organizaciones o trabajos humanitarios, que después les vale para poder incluir en la larga lista de cosas que nos va a "meter por los ojos" sin caer en la cuenta de ello. No nos hacen pensar, de esta forma, en lo que en verdad se buscaba con ello, ¿ayudar o una buena publicidad?

Fuentes:



Nunca acaba.

Desigual repartición mundial.
Teniendo en cuenta todos los bienes del consumo del mundo, el 86% de estos están en manos del 20% de la población mundial; y el 20% de los más pobres del mundo se reparten, a penas, un 1,3% de esos bienes.
Aquí, no basta combatir la pobreza, sino que es necesario, también, atacar las causas de la desigualdad. En otras palabras, sin una distribución equitativa de la renta no habrá forma de promover la incrusión social. Y, las diferencias no solo están entre los países ricos y pobres, sino que internamente, en cada uno de ellos pueden verse los dos extremos. El 1% de los más ricos de los Estados Unidos tiene en sus manos el 17% de la renta nacional, lo que implica que habrá muchos que no tengan nada o insuficiente.

Estas cifras relacionadas con la riqueza se pueden unir con las de la desigualdad en los alimentos. Los países desarrollados, según la ONU, tienen la capacidad de sufragar las carestías de alimento, pero sin embargo los que se encuantran en vías de desarrollo son vulnerables a los cambios que actualmente se viven. Son 37 países los que forman este último conjunto: 20 africanos, 9 asiáticos, 6 latinoamericanos y 2 europeos.
Pero, el problema, como hemos visto, no está en que no hay suficientes alimentos para repartir, está en la DESIGUAL repartición de la riqueza y de lo necesario para la vida (agua, víveres, higiene...). 
Además hay que tener en cuenta que esta desigualdad alimentaria no afecta a los que tienen poco o nada, sino que igualmente a los que tienen demasiado. Muchas personas que vivien en países desarrollados presentan problemas de obesidad, ejemplo de los excesos de algunos.
Curiosamente los países que presentan una decadencia alimentaria, presentan , a su vez muchas otras decadencias, una de ellas es la alfabetización. La escolarización de niños y adultos tiene unas cifras ínfimas. Esto repercute en todo, ya que al no tener conociemiento no puedes saber ni comprender qué está pansando y qué es lo que hace que el mundo esté así, que por supuesto es el egoismo de unos y la ignorancia de otros.
Por todo esto hay que luchar, por un mundo igual, en el que no sobresalga, en ninguno de los extremos, nadie.
Todos somos iguales, ¿por qué no es todo así?


Fuentes:


/elpepuint/20071218elpepuint_15/Tes